Parece que la opinión de los medios, garante de la corrección politica y la mesura moral, le quiere restar importancia a que Barack Obama sea negro al 50%. Sin embargo, curiosamente, no hablan de otra cosa cada vez que su nombre salta a la palestra. Se siente que, de puramente correctos, de querer pasar por "modernos", quieren obviar uno de los aspectos más importantes de la campaña pesidencial americana.
Sin embargo, la "raza" de Obama, niño bien de Harvard, de padre rico keniata-niño bien de Harvard y de madre americana, anglosajona y de Kansas está muy alejada de la idea del "afroamericano" de a pie.
La "raza" de los negros del Bronx o de New Orleans, que nada tiene que ver con la de Obama, procede de los descendientes de esclavos traídos de África durante siglos. Ellos han visto cómo la Consitución Americana les ha dado la espalda durante varias generaciones y han estado obligados a a subsitir con lo justo o ni siquiera con eso, a buscarse las habichuelas donde fuera y a ser los grandes necesitados y los grandes olvidados del enclenque estado de bienestar americano.
Ahora, de repente, se ven reflejados en Obama, un joven carismático, televisivo y con grandes promesas y planes para América y la humanidad. Es negro, como ellos, pero viene de otro mundo. Obama, sin embargo, juega con ello, y eso de utilizar la raza para bien para mal no deja de ser, repito, racismo. No sé nada de su capacidad como gobernante, sí de su capacida atractivo-seductora y también de la inoperancia mediática de su rival McCain. Si gana, será el primer presidente no-blanco en la historia de EEUU.
Lo que en verdad me pondría triste es pensar que Obama hubiera ganado o perdido por las cuestiones raciales que todo el mundo parece explotar en esta campaña (incluido él mismo), porque eso sería señal inequívoca de que el odioso racismo (positivo o negativo para los progres, al igual que su discriminación por sexos) sigue latente y patente en occidente.
4 comentarios:
Me quitaría el sombrero si lo llevase ante la claridad y profundidad de tu artículo.
Personalmente soy totalmente contrario a la discriminación positiva o negativa, puesto que ambas me parecen anti-liberales. Por otra parte, si Obama ganase por ser mulato o mestizo sería exactamente igual que el caso de las ministras de ZP, las cuales, competentes o incompetentes, parecen haber sido puestas por el hecho de ser mujer. Contra esto, difícil remedio, por que los medios resultan ser especialistas en resaltar lo más irrisorio de las personas.
Y como punto final, decir que si fuese americano votaría por McCain.
Hola Andrés, creo también que el problema tiene una base de hipocrsía muy difícil de cortar, mucho más uando viene de edios, se supone, especializados.
Es lo que dices, sería muy triste que ganara o perdiera por el color de su piel, pues indicaría que la sociedad se muestra incapaz de progresar y superar barreras mentales arraigadas en el pasado.
Pero el problema es que la izquierda es muy dada a crear símbolos y a apoyarlos alegando discriminación positiva y esas cosas están bien cuando no te estás jugando el futuro de un país; en esos casos conviene ser serios y apartar los prejucios de la valía personal. Sobre esto escribí una vez porque hacen lo mismo con los negros, los gays, las mujeres...
Si el único mérito de Obama es ser mulato el único mérito de McCain es ser prisionero de guerra durante cinco años en el Hanoi Hotel como bien dijo irónicamente Gore Vidal. ¿Qué da más votos, el color o el dolor?
PD: hablar de discriminaciones varias es desviar el asunto
Un saludo
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