lunes, 25 de agosto de 2008

LA TÁCTICA DEL AVESTRUZ (o cómo perder unos JJOO)

El sábado noche, en un conocido bar de Malasaña, barrio "alternativo" de Madrid, pude ver cómo se amontonaban montones de chapas "Free Tibet" esperando inútilmente ser vendidas. Probablemente, aquella era su última oportunidad antes de ser olvidadas para siempre en un oscuro cajón. Ya no se venden más, ya no están de moda

El desacierto del COI al elegir Pekín como sede de los JJOO de 2008 ha sido uno de los grandes infortunios de la historia deportiva reciente. Jamás he abogado por boicotear este evento, decidido así hace casi diez años, pero está claro que el "oportunismo de conciencias", formado por aquellos que se acogen a las causas más justas que estén de moda en ese momento, ha sacado gran partido de ello.
Han sonado con fuerza las voces de unos cuantos que aprovechan, como pueden, estos breves momentos para aleccionarnos a los demás, a los que no llevamos chapitas ni pegatinas, acerca de cómo debería pensar alguien cívico, progresista y de mentalidad abierta en tiempo y espacio. Muchos de ellos se han enterado este mismo año de "qué era eso del Tíbet".

Lo de verdad alarmante, aparte de las simples anécdotas de los "progres de pegatina y chapa", es el silencio abrumador de un Comité Olímpico Internacional en una ceremonia como la de clausura , cuando la única conclusión que expresa es le de que "han sido unos juegos formidables". ¿Representa China los valores de un mundo mejor y más justo? ¿Representa acaso el anhelo de igualdad y transparencia de los valores olímpicos?

El llamado "mundo libre" ha dado su enésimo patinazo al no saber condenar, aun de la manera más sutil y resbaladiza, muchas de las actitudes que aún mantiene China respecto a sus ciudadanos, a sus no ciudadanos y a su propio suelo. La gran oportunidad, ante todo el mundo en la ceremonia de clausura, se dejó pasar para siempre, y China volverá a sus fechorías, pero de nuevo en secreto, sin que nos enteremos muy bien, ahora que ya volveremos la vista a otro lado.
Vale que haya que reírle las gracias y haya que bailarle el agua en un futuro cercano, vale que siga siendo, cada vez con más seguridad, el dragón dormido que atemorizaba al mismo Napoleón, pero, hoy por hoy, Occidente es la cabeza del mundo y ha de velar, qué menos, por los Derechos Humanos y, si se cometió el error de otorgar unos Juegos Olímpicos a una cruel y férrea dictadura, que hubieran salido, al menos, con la cabeza bien alta diciendo las cosas como son y no adoptando la táctica del avestruz, esto es, escondiendo la cabeza de puro miedo.

2 comentarios:

Andrés Álvarez dijo...

Es que no es molón criticar a una dictadura de patente comunista. Si los progres de salón no critican a Fidel, ni a Chávez, ni al Che, menos esfuerzos habrán de hacer por rajar contra los chinos, por muy lejos que estén.

tricesimus dijo...

Bueno, yo creo que más que progresía es un elemento de corrección política. No digo que el COI tenga que meterse en ningún berenjenal, pero qué menos que dar un toque de atención a la dictadura más importante y asesina del mundo...

PS: Andrés, cuando entro en tu blog se me desconecta el explorer. ¿Lo tienes a prueba de tipos como yo? jeje